Desequilibrios Intestinales pueden Limitar tu Progreso
- Rocio Healthy Fitness
- hace 2 días
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El intestino no solo es clave para la digestión, también juega un papel determinante en la regulación del metabolismo, la inflamación sistémica, el estado hormonal, el control del apetito y la composición corporal. Por eso, cuando existe un desequilibrio en la microbiota intestinal (disbiosis), los resultados en pérdida de grasa, ganancia muscular y rendimiento pueden verse comprometidos, incluso con un buen plan de entrenamiento y alimentación.
¿Qué es la disbiosis intestinal?
Se trata de una alteración en la proporción, diversidad o función de las bacterias intestinales. Puede producirse por:
Dietas pobres en fibra y ricas en ultraprocesados.
Estrés crónico.
Falta de sueño.
Uso frecuente de antibióticos o antiinflamatorios.
Exceso de edulcorantes o alcohol.
¿Cómo afecta la disbiosis a la composición corporal?
Inflamación crónica de bajo grado: Una microbiota alterada puede aumentar la permeabilidad intestinal (“intestino permeable”), permitiendo el paso de endotoxinas al torrente sanguíneo. Esto genera inflamación sistémica, que entorpece la sensibilidad a la insulina, dificulta la oxidación de grasas y favorece el almacenamiento adiposo.
Alteración hormonal y del apetito: Las bacterias intestinales influyen en la producción de grelina, leptina, insulina y hormonas sexuales. Una disbiosis puede generar desregulación del apetito, antojos constantes, fatiga, etc ofreciendo resistencia a la pérdida de grasa.
Menor absorción de nutrientes esenciales: Hierro, magnesio, zinc, omega-3 o vitaminas B y D pueden no absorberse correctamente si hay inflamación intestinal o deficiencia de ciertas bacterias beneficiosas.
Estado anímico y motivación: El eje intestino-cerebro conecta la microbiota con la producción de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina. Si el intestino no está bien, puede haber mayor fatiga, bajo estado de ánimo y dificultad para sostener buenos hábitos.
Estrategias para optimizar la salud intestinal
Dieta rica en prebióticos: vegetales, frutas, legumbres, avena, plátano verde, semillas de chía, lino.
Fermentados naturales: kéfir, yogur sin azúcar, chucrut, kombucha, miso.
Evita ultraprocesados, exceso de azúcar y alcohol.
Reduce el estrés y duerme al menos 7 h de calidad.
Incorpora probióticos si hay síntomas persistentes, con supervisión profesional.
Cuida la masticación y el ritmo de las comidas.
Conclusión
Tu cuerpo no es una máquina aislada. Si tu intestino está comprometido, por más que entrenes o comas bien, el progreso será limitado. La salud intestinal es un pilar olvidado en muchos planes de recomposición corporal, pero cuando se aborda, marca un antes y un después en los resultados.
🔎Referencias científicas
Sonnenburg JL, Bäckhed F. (2016). Diet–microbiota interactions as moderators of human metabolism. Nature.
Clarke G et al. (2014). The microbiome-gut-brain axis during early life regulates the hippocampal serotonergic system in a sex-dependent manner. Mol Psychiatry.
Turnbaugh PJ et al. (2006). An obesity-associated gut microbiome with increased capacity for energy harvest. Nature.
De Filippo C et al. (2010). Impact of diet in shaping gut microbiota revealed by a comparative study in children from Europe and rural Africa. PNAS.
Cani PD et al. (2007). Metabolic endotoxemia initiates obesity and insulin resistance. Diabetes.
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